¿Quiénes somos?
El Apostolado de la Cruz es una asociación inspirada por Dios a la Venerable Sierva de Dios Concepción Cabrera de Armida. Fue fundada en México el 3 de mayo de 1895 y aprobada el 25 de mayo de 1898 por el Papa León XIII.
Es una de las cinco Obras de la Cruz reconocidas por la Iglesia y animadas de un mismo espíritu y que, unidas, constituyen las Obras de la Cruz. (Fraternidad de Cristo Sacerdote, Misioneros del Espíritu Santo, Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús y Apostolado de la Cruz).
Se caracteriza por estar abierta a todos los fieles cristianos que forman el pueblo de Dios: laicos, religiosos y sacerdotes. Hombres y mujeres que buscan vivir su consagración bautismal según la Espiritualidad de la Cruz, para responder así, a la vocación universal a la santidad.
Nuestro llamado es llevar la cruz con amor y seguir a Jesús, Sacerdote y Víctima. Nuestra divina tarea es transformarnos en Cristo para poder realizar la misión de Jesús: la salvación de los hombres.

Noticias:
Felicidades
P. Alejandro
Asi festejamos el aniversario sacerdotal No. 45 del Padre Alejandro Burceaga.
Julio 06, 2014
Te extrañaremos Rich
El ACJ San Luis se despide de su Asesor Espirirual con un bello convivio con toda la familia de la Cruz.
Junio 29, 2014
7a Asamblea
A unos dias de la asamblea, los jóvenes del ACJ San Luis se alistan para la cita en Monterrey
Julio 12, 2014
Con María todo,
sin Ella Nada.
Historia
El 14 de enero de 1894, en la ciudad de San Luis Potosí, el Señor inspiró en la Venerable Sra. Concepción Cabrera de Armida, la Espiritualidad de la Cruz, como una respuesta a su gran deseo de pertenecerle.
Esta espiritualidad, como todas las demás que enriquecen a la Iglesia, comenzó a ser clarificada y a promover un carisma y una misión que en quienes la conocían. El 3 de mayo de 1895 se fundó el Apostolado de la Cruz, como Obra Eclesial que contempla a Jesús Sacerdote y Victima y que promueve la plenitud cristiana por medio de asumir la cruz en actitud de ofrecimiento especialmente por los sacerdotes.
Más adelante nuestra obra fue aprobada por la Iglesia y confiada a la dirección espiritual de los Misioneros del Espíritu Santo.
